Mentir a la policía que hiciste el descanso semanal en casa de un amigo, te puede costar 3500 euros

Un camionero rumano, fue denunciado en Suecia por no realizar el descanso semanal en un lugar adecuado. Pese a asegurar que había pasado el fin de semana en casa de un amigo, la trampa fue descubierta por los agentes de policía.
La Comisión Europea ha publicado unas directrices según las cuales los descansos de 45 horas en cabina solo pueden establecerse en flagrante delito o tras la confesión voluntaria del conductor. Pero, ¿cómo se ve en la práctica? Podemos ver esto ahora con un ejemplo de Suecia.
La revista sueca Proffs informó sobre la inspección realizada el lunes por la mañana por la policía en la ciudad de Västerås, a unos 100 kilómetros al oeste de Estocolmo. A continuación, los agentes controlaron a un conductor rumano que acababa de hacer una escala de fin de semana y, por lo tanto, contaron una semana completa de descanso en el tacógrafo.
El conductor declaró que salió de la cabina durante todo el fin de semana, pasando sus días libres con un amigo que vive en Strängnäs, a 60 kilómetros del estacionamiento. Se suponía que el amigo lo recogería en un automóvil de pasajeros, por lo que el conductor no anotó la dirección. Prueba adicional iba a ser la tarjeta del tacógrafo, que estuvo fuera del dispositivo durante todo el fin de semana.
El escenario anterior sería perfectamente legal si resultara ser cierto. Los suecos decidieron confirmar adicionalmente la versión del conductor al pedirle el número de teléfono del presunto colega, y al mismo tiempo asegurarse de que no fue advertido en un mensaje de texto. Teniendo este número, los oficiales hicieron una llamada de control y condujeron la conversación de una manera muy reflexiva.
La conversación confirmó que el dueño del número en realidad vive en Strängnäs. Sin embargo, los oficiales también hicieron preguntas adicionales sobre los viajes en automóvil de fin de semana y luego también sobre los posibles invitados que decidirían quedarse a pasar la noche. Sin embargo, cuando el hombre afirmó que no había viajado a ningún lado el fin de semana pasado y que nadie se había quedado con él, la versión del camionero fue completamente refutada.
Luego de esta conversación, el rumano admitió haber infringido las reglas. Es más, se suponía que debía pasar no uno, sino dos de sus últimos descansos semanales en la cabina. Esto dio lugar a la imposición de una multa a la empresa de transporte rumana por un importe total de unos 3500 euros. El camión también estuvo inmovilizado hasta que se pagó el dinero adeudado. Ocurrió el lunes por la noche y el transportista sorprendido pidió a los policías que explicaran en detalle el método de su control.
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