La intensa niebla en el plan de Lleida ha obligado a activar por primera vez el sistema por baja visibilidad en la autopista AP-2, entre Castelldans y Les Borges Blanques. 

Es el primer dispositivo de estas características que se instala en el Estado y se trata de un mecanismo automático que se activa según la densidad de este fenómeno y las condiciones de visibilidad.

De este modo, en dirección Barcelona, ​​un sistema láser delimita los carriles de la calzada y realiza señales intermitentes si detecta un vehículo a menor velocidad de lo normal o parado.

En sentido Lleida, se ha instalado un sistema de balizas de colores que avisa a los conductores cuando hay un vehículo circulante frente a él a poca distancia. En este caso, la luz verde pasa a ser naranja por alertar de esta circunstancia.

Además, paneles informativos y cámaras  permiten limitar la velocidad y restringir la circulación a un único carril. De hecho, en este tramo de unos diez kilómetros, donde se producen muchos accidentes, el límite es variable y puede reducirse hasta los 40 kilómetros por hora.

El dispositivo se complementa con un radar de tramo para realizar el seguimiento del cumplimiento de la velocidad establecida en función de las condiciones meteorológicas existentes.

Con todo ello, se quiere  incrementar la seguridad de esta vía que ha multiplicado el número de vehículos y camiones desde la liberación del peaje y considerado un punto negro por la alta siniestralidad. 

Por otra parte, este martes, otra de las principales vías de las comarcas de Lleida, la A-2, también se ha visto afectada por este fenómeno meteorológico. Y es que la falta de visibilidad ha hecho que el Servei Català de Trànsit (SCT) recomendara moderar la velocidad y utilizar luces antiniebla en un tramo de hasta 57 kilómetros entre Soses y Fondarella.