Sindicato pide cambios por la muerte de un camionero (65) cargando en la rampa de un supermercado

El sindicato italiano Federación Italiana de Trabajadores del Transporte, pide  afrontar la necesidad de cambios en la legislación por la muerte de un camionero de 65 años, mientras realizaba las labores de carga y descarga.  

 "El camionero Tej Abdeljalil que murió esta mañana en Bagno di Gavorrano - explica el secretario del sindicato de la Federación Italiana de Trabajadores del Transporte de Grosseto, Pierpaolo Ceccherini - no puede ser considerado en sentido estricto una víctima del trabajo, pero su edad, el tipo de el trabajo que hizo y la forma en que murió nos obligan a pensar como sindicato».

«Ser camionero a los 65 años, de hecho, solo puede considerarse normal en un mundo en el que la lógica de la ganancia y la necesidad de trabajar valen más que la salud y la propia vida humana. Manejar un camión o una camioneta a esa edad, sostener altos índices de trabajo con la insistencia constante de respetar los tiempos de entrega y tener la responsabilidad de conducir un vehículo pesado, no puede ni debe considerarse normal, o peor, inevitable. Por eso estamos cerca de los familiares de la persona que nos dejó en su lugar de trabajo esta mañana».

«Como muchas otras profesiones, ser camionero es un trabajo agotador para el que se debe simplificar y fomentar la salida anticipada del trabajo. O, alternativamente, el cambio de funciones. De hecho, la de los conductores es inherentemente una categoría de riesgo, como lo demuestra el hecho de que las personas que realizan este tipo de trabajo tienen una incidencia superior a la media de problemas cardíacos y circulatorios. Tanto es así que muy a menudo son objeto de vigilancia sanitaria».

“El convenio colectivo nacional “mercancías y logística”, no en vano, prevé una gran flexibilidad de horarios, con muchas horas extraordinarias y turnos de trabajo que muchas veces se prolongan por la noche, e implica una gran responsabilidad por parte de quienes conducen los vehículos, muchas veces obligados a viajar por carreteras en mal estado, inseguras y con mucho tráfico. Un contrato que la CGIL siempre ha enfatizado debe ser modificado porque contiene un fuerte nivel regulatorio para los trabajadores”.

«La recuperación económica, el aumento vertiginoso de los ritmos de trabajo para elevar la productividad y los niveles de rentabilidad, combinado con el aumento del coste de los combustibles, están empujando a las empresas de transporte a descargarlo todo a hombros de los transportistas. Además, tienen una media de edad cada vez más alta, precisamente porque las condiciones laborales son poco atractivas para los jóvenes. No es casualidad que en estos momentos en Italia se calcule que faltan al menos 25.000 conductores, y que las empresas tiendan a emplear a los que tienen mucho más tiempo del que sería correcto”.

«Solo para dar un ejemplo, en Toscana, en este momento, hay un déficit de unos 1500 conductores para el sector del transporte público local. Situación agravada por el hecho de que en los dos últimos años han disminuido también drásticamente los conductores inmigrantes procedentes de Europa del Este, que han salido de nuestro país porque encuentran trabajo en sus países de origen”.

«Todo esto - concluye Ceccherini - debe empujar a la política a revisar la legislación pertinente ya las empresas de transporte por carretera a potenciar el papel de su personal de una manera diferente. De lo contrario nos volveremos a encontrar de luto por muchos más muertos».