El camión Ford F-Max de hidrógeno y diésel, a la venta de forma permanente, a partir de este año

Los camiones con motor de combustión impulsado por hidrógeno son una idea que ha estado presente en los anuncios de muchos fabricantes, como MAN, Scania y Cummins, desde hace varios años. ¿Quién será la primera marca en presentar algo como esto al público en general? Inesperadamente, Ford comenzó a tomar la delantera en este sentido.

Permítanme comenzar aquí explicando que hay dos formas de usar hidrógeno en camiones. El primero de ellos, mencionado con más frecuencia, consiste en generar electricidad a partir de hidrógeno, y luego utilizarlo para alimentar el motor de electricidad. La segunda idea es sustituir el diésel por hidrógeno, es decir, quemar literalmente esta sustancia en los cilindros de un motor de combustión interna. Esta solución no es tan ecológica como la primera opción, pero parece mucho más fácil de implementar. Y así es como se supone que debe funcionar el nuevo Ford F-Max.

Uno de los primeros prototipos:

Hace ya tres años, la empresa belga CMB.Tech mostró un prototipo de Ford F-Max equipado con un sistema de hidrógeno que reemplaza hasta el 80 por ciento del combustible diesel con hidrógeno. Y aunque en un principio parecía un proyecto de nicho, ahora también puede acudir a salones autorizados. La marca Ford Trucks ha decidido entrar en cooperación oficial con CMB.Tech mediante la firma de un acuerdo en este sentido. Sus disposiciones suponen la introducción de vehículos F-Max de hidrógeno y diésel para la venta permanente, con las primeras unidades entregadas a los clientes a finales de este año, y luego escalando rápidamente todo el proyecto, permitiendo entregas aún mayores.

Cada Ford con una instalación de hidrógeno se reconstruirá en Bélgica, en la planta de CMB.Tech ubicada en Amberes. El tiempo promedio para dicha preparación será de solo 3 horas, incluida la inserción de tanques adicionales detrás de la cabina, así como la instalación de inyección de hidrógeno en los cilindros. Aunque hay que admitir que los tanques mencionados supondrán una cierta limitación, obligando a desplazar el sillín hacia atrás y pudiendo causar problemas con la longitud total del conjunto.

Arriba: planta de Amberes y torre de tanques de hidrógeno

Aparte de añadir la instalación comentada, los motores Ford de 13 litros y 500 caballos no tendrán que sufrir grandes modificaciones. También conservarán el autoencendido típico de los motores diésel, que será posible gracias a la adición de un 20% de diésel. Todo promete ser una tecnología relativamente sencilla y barata. Además, si el hidrógeno no está disponible en una determinada ruta (un repostaje es suficiente para 500 kilómetros), cada F-Max de hidrógeno-diésel también podrá conducir solo con diésel. Será, por tanto, una forma de popularizar de forma segura el hidrógeno en el transporte de larga distancia. Desde un punto de vista ecológico, la ventaja es que el contenido de hidrógeno del 80% en el combustible quemado supondrá una reducción del 80% en las emisiones de gases de efecto invernadero.