Un camionero invita al presidente a subirse al camión: "Desde la cabina entiendes las cosas de otro modo"

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Un topógrafo convertido en transportista lanza una invitación-provocación al Presidente de la Región

 

Hace cuatro años, Nico Lugli renunció a su trabajo como agrimensor para convertirse en camionero, porque pagar sus cuentas se había vuelto cada vez más complicado. “Sin embargo, no había llegado a un acuerdo con Fi-Pi-Li. Y por eso invito al presidente Eugenio Giani a subirse al camión conmigo en Livorno para llegar juntos a Florencia. Desde la cabina entiendes cosas que de otro modo permanecen invisibles».

Palabra de conductor de camión topógrafo. Una doble mirada que reivindica Lugli, capaz, según él, de revelar “lo esencial invisible a los ojos”. En este caso, las de los automovilistas.

 


“Tengo que decir que mi percepción como trabajador de la autopista ha cambiado desde que solo la usaba para desplazarme. Desafortunadamente no para mejor. En los diversos grupos sociales vinculados a los problemas del Fi-Pi-Li escucho a muchos quejarse de las ralentizaciones debido a las obras y en cambio el problema es otro. Yo digo: los trabajos son bienvenidos. Son esenciales para la seguridad. El problema es cómo se hacen”, argumenta Lugli.

Por trabajo recorre toda la calle, en sentido contrario a la ortografía: de Li, de Livorno, a Fi, de Florencia. «Las obras crean molestias, claro, pero es necesario el mantenimiento. Tal vez se quejan de eso y luego se quejan de los agujeros. Prefiero hacer cola porque hay trabajos que reparación porque hay huecos».

Señala Lugli: «Ojo, no es que el trabajo de los agujeros esté bien hecho. Parece que no están diseñados para camiones, que están constantemente en riesgo entre sacudidas y golpes. Hay quien cree que algunos compañeros pierden la carga porque no la aseguran bien ni corren. Por el amor de Dios, hay fenómenos. Pero nueve de cada diez veces es un problema de discontinuidad en el firme de la calzada».

Ese no es el único problema que vio Lugli desde su cabina. “Los apartaderos son demasiado pequeños. Un coche mide cuatro metros y medio de largo y los largos ya son peligrosos. Piensa con camiones que tengan 17” de largo. No le convence mucho la propuesta de un tercer carril. “Hay puntos en los que podríamos ensancharnos, otros que, por la morfología, deberían quedar en dos carriles. No creo que se resuelva el tema de la seguridad. Más que nada, necesita invertir en mantenimiento. Y hazlo bien. El Fi-Pi-Li es una arteria importante, hay que tratarla».

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