Daniela y Diana camioneras: el 80% de las estaciones de servicio que visitamos no hay duchas de mujeres
Contamos con el testimonio de dos camioneras profesionales portuguesas – Diana Macedo y Daniela Oliveira –, que contaron en una entrevista lo que es ser mujer en un sector significativamente dominado por hombres. Nos quedamos con el testimonio de ambas, que aseguran que el 80% de las áreas de servicio que visitan, no hay duchas de mujeres.
Con la misión de hacer que las operaciones de millones de camiones que cruzan Europa sean más limpias, justas y eficientes, Eurowag también aboga por la inclusión en el transporte comercial por carretera, reconociendo las contribuciones de las camioneras que derriban barreras e inspiran cambios positivos en el sector.
Un nuevo comienzo
Ser camionero no fue la primera opción para estas dos mujeres; fue la opción que surgió luego de encontrar obstáculos en sus carreras anteriores. Diana Macedo es licenciada en Lenguas Modernas (inglés y español). Después de ser despedida en 2019 y darse cuenta de que no podría encontrar trabajo en su campo, decidió seguir los pasos de su padre y obtener su licencia de trabajo pesado. Daniela Oliveira fue peluquera durante 7 años y decidió cambiar de vida para vivir más cómodamente, como veía hacer a sus compañeros de este ramo.
¿Qué te atrajo de la profesión de camionero?
Cada vez más mujeres se sienten atraídas por la profesión de conductora de camiones. Diana y Daniela señalan algunos factores comunes que justifican que ésta sea un área atractiva y gratificante. El punto principal que ambos mencionan es el tema salarial y el aumento de la calidad de vida. En segundo lugar, el hecho de que tienen mucha autonomía, tanto porque pueden trabajar solas (“no tenemos a nadie molestándonos todos los días”, como comentó Diana), como por la libertad para gestionar sus horarios. Aunque deben cumplir con un horario fijo, el tiempo de descanso y conducción depende de su gestión personal.
Otro factor destacado por Diana se refiere a la salud mental, ya que a pesar de tener que lidiar con diversos factores de estrés, logran no llevárselo a casa. Finalmente, un punto positivo y gratificante es también lo que esta profesión te permite experimentar. Ya sea el contacto con diferentes culturas, los paisajes que pasan a lo largo de la ruta y/o incluso la cuestión de tener acceso a empresas que todos los consumidores conocen, pero que no tienen la oportunidad de ver detrás de escena.
Luchar contra los estereotipos
En un área liderada por hombres, ser camionera presenta algunos desafíos. Una de las cuestiones más complejas es la cuestión de la seguridad. Como ser camionero todavía está asociado a ser hombre, las desigualdades, incluso en términos de infraestructura disponible para estos profesionales, siguen muy presentes. Daniela dice que en el 80% de las estaciones de servicio que visita no hay duchas de mujeres.
Esto significa que las camioneras tienen que ducharse en los centros sanitarios para hombres. En el caso de los periodos nocturnos de esta actividad, por ejemplo, la mayoría de los lugares no están iluminados y no cuentan con vigilancia, “y todos estos son factores que generan inseguridad”, comentó Diana.
Otro problema es la discriminación. Daniela dice que la discriminación comienza desde las entrevistas: “al primer lugar que fui a pedir trabajo inmediatamente me dijeron que “a las mujeres no les damos trabajo”, porque el trabajo de los hombres es más pesado y las mujeres no pueden hacer lo mismo”.
Además, notan la diferencia de trato con algunos compañeros, que a veces comentan su actividad “con boca y risa”, y deshacen trabajos ya hechos, en el sentido de afirmar que lo hacen mejor. “Ya recibí la respuesta de que yo estaba bien en casa cosiendo calcetines, que esto no es un trabajo de mujeres, de colegas y dueños de empresas”, agregó Daniela.
Ser camionera al volante
Diana y Daniela comparten la misma perspectiva: para tener éxito y ser respetadas en un ámbito dominado por los hombres es necesario desempeñar un papel "duro", pero sin tener que perder la feminidad que valoran. Esto se debe a que, como comenta Diana, ser mujer en esta profesión tiene sus ventajas, como prestar atención a los detalles, conectar con los clientes con solo una sonrisa y dedicar tiempo a situaciones que muchas veces los compañeros consideran insignificantes, como es el caso de la seguridad medidas de seguridad, pero que reducen el riesgo de accidentes en la carretera.
De diferentes maneras, ambas buscan diariamente fortalecer el papel de la mujer y su personalidad a través de pequeños gestos: Diana con un moño o un coletero en el cabello, o Daniela a través del maquillaje o tacones altos. Siempre que pueden, también visten lo más pulcramente posible, aunque eso signifique llevar una muda de ropa en el equipaje de mano.
Las historias de Diana y Daniela son un ejemplo de la creciente presencia de mujeres en profesiones tradicionalmente dominadas por hombres. A través de sus experiencias, allanan el camino hacia un futuro más inclusivo, incentivando “a romper el silencio de las conductoras”, como comentó Daniela. Diana, por su parte, concluye que este “es el momento de demostrar que somos capaces, que vamos más allá y que nada ni nadie nos detendrá”.
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